En artículos anteriores veíamos la importancia de la centralita motor, una especie de micro ordenador que lleva incorporado nuestro vehículo y que se encarga de cuidar la combustión interna del motor. Por eso, si en alguna ocasión, has visto que el testigo de motor encendido aparece en tu salpicadero, tranquilo. En la mayoría de ocasiones, no siempre es tan grave como podemos pensar a priori.
Tras un choque “leve” con nuestro vehículo, cuando simplemente se ha aflojado la tapadera del depósito de carburante o cuando ha habido un pequeño corte de corriente en algunos de los sensores, la centralita motor (ECU) enviará un mensaje de fallo al conductor. Es decir, se activará el testigo de motor encendido.
Por eso, cuando este tipo de reparación luces cuadro de mandos se encienda no significa que nuestro coche tenga una avería de graves consecuencias. Existen multitud de fallos internos que pueden activar este testigo, tan temido por la mayoría de conductores. Desde errores en las bobinas de encendido, en los inyectores o en las bujías hasta fallos en el catalizador o en el caudalímetro. Lo que nos está indicando exactamente es que la ECU ha recibido información errónea o extraña de algún sensor y lo ha codificado alertando de una avería en la gestión del motor.
En estos casos, lo ideal es revisar este tipo de aspectos -tapa del carburante, corriente- y, si la luz ámbar continúa encendida (tanto si parpadea como si está fija), acudir a un taller especializado en electrónica. Allí podremos someternos a un diagnóstico lo más exhaustivo posible. De este modo, evitaremos que la incidencia vaya a más y ocasione consecuencias peores para la salud de nuestro coche.
En definitiva, si durante tu conducción, o una mañana al arrancar el coche, observas el testigo de motor encendido en tu cuadro de instrumentos, ten calma. Si no hay mal olor ni humo, no aprecias ruidos y funciona correctamente, podrás usar tu vehículo para pequeños desplazamientos.