¿Has notado que tu coche tiene pérdida de potencia y se ha encendido el testigo del motor?
Arrancas el coche, todo parece normal, pero de repente, ahí está: el testigo de avería del motor encendido en el tablero. Esa pequeña luz amarilla puede generar preocupación, ya que indica que algo no está funcionando como debería en el sistema del vehículo. Pero, además, notas una pérdida de potencia en el coche ¿Es un problema grave o algo que puede esperar?
El testigo de fallo del motor puede encenderse por múltiples razones, algunas más preocupantes que otras. Sin embargo, no siempre implica un problema grave.
Si esta luz se activa mientras conduces, lo más recomendable es detenerte de forma segura y consultar el manual de tu vehículo. En muchos modelos, el color del testigo puede indicar la gravedad del problema. Ante cualquier duda, lo mejor es acudir a tu taller de confianza para evitar daños mayores en el motor.
Testigo de avería motor: ¿Por qué se enciende? ¿Es grave?
Si el testigo de avería del motor se enciende, lo primero que debes hacer es observar cómo responde tu coche. Si todo parece funcionar con normalidad, es posible que el problema no sea grave.
Sin embargo, si además de la luz de advertencia notas síntomas como pérdida de potencia, ruidos extraños o emisión de humo, la situación puede ser más complicada. En cualquier caso, lo más recomendable es detener el vehículo de forma segura y contactar con un mecánico de confianza para evitar daños mayores.
¿Se ha encendido de la luz de motor y has notado pérdida de potencia?
Si además del testigo del motor encendido, has notado una pérdida de potencia, hay varias causas que pueden provocar este hecho.
Entre las más habituales están:
- Problemas en los inyectores: Son los encargados de suministrar la cantidad precisa de combustible para que se mezcle con el oxígeno y se genere la combustión necesaria para el funcionamiento del motor. Si los inyectores no operan correctamente, la mezcla se verá afectada, provocando tirones y una notable pérdida de potencia.
- Fallo en los sensores: Si la centralita no recibe información de algún sensor clave, el vehículo puede entrar en modo de emergencia (limp mode). Esto se traduce en la activación de testigos como el del motor, el EPC en los motores de gasolina o el reostato del muelle. Además, el coche limitará su velocidad, impidiendo que supere los 80 km/h.
- Mal funcionamiento del caudalímetro o sensores de gestión del combustible: Estos dispositivos son esenciales para regular la cantidad de aire y combustible que entra en el motor. Un fallo en ellos puede desajustar la mezcla y afectar el rendimiento del vehículo.
- Filtros obstruidos: Tanto el filtro del aire como el del combustible pueden acumular suciedad con el tiempo. Si esto ocurre, el flujo de aire o de gasolina se verá restringido, afectando la correcta combustión y reduciendo la potencia del motor.
- Problemas en el turbo: Si el turbocompresor no trabaja adecuadamente, la presión del aire no será la óptima, lo que puede traducirse en una disminución del rendimiento y una respuesta más lenta del motor.
- Fallo en la centralita: La unidad de control del motor es la responsable de regular la mezcla estequiométrica entre el combustible y el oxígeno. Un mal funcionamiento en la centralita puede generar desajustes en la combustión y afectar la potencia del vehículo.
- Desgaste del embrague: Si el embrague está deteriorado o patina, no transmitirá correctamente la fuerza del motor a las ruedas, provocando una sensación de falta de potencia, especialmente en aceleraciones o subidas.
Si notas una pérdida de potencia en tu coche, es importante realizar un diagnóstico adecuado para detectar y solucionar el problema cuanto antes.
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